SERIE AFRODESCENDIENTE
Pinturas
Técnica (Óleo sobre tela)
AÑO DE 2010 / 2011.
ANALISIS CONCEPTUAL.
La comprensión del concepto Afrodescendencia, en los estados modernos, debe partir de la noción de mestizaje que es permeado por numerosos factores, tales como; el clima, la cultura, el territorio u otros aspectos que determinan su naturaleza. Latinoamérica es notable, puesto que ejemplifica una mezcla étnica expandida en gran parte de su territorio, siendo uno de los temas de estudio más importante para tratar de comprender el ser Latinoamericano por parte los Sociólogos, Antropólogos, Artistas, etc. de este continente. Las teorías resultantes han sido acogidas para explicar el fenómeno de la pluralidad y le han dado fuerza a la idea de que detrás de la percepción de la sociedad como producto del mestizaje, existe un fenómeno enmascarado de racismo y exclusión por desconocimiento de la raíz de este proceso.
Ser afrodescendiente no lo determina el grado de melalina que contenga cada individuo, es una amalgama intercultural que va mucho más allá de la coexistencia o el diálogo de culturas; es una relación sostenida entre ellas. Es una búsqueda expresa de superación de prejuicios, de racismo, de desigualdades y las asimetrías que caracterizan a la sociedad, bajo condiciones de respeto, igualdad y desarrollo de espacios comunes.
Una sociedad intercultural es aquella en donde se da un proceso dinámico, sostenido y permanente de relación, comunicación y aprendizaje mutuo. Allí se da un esfuerzo colectivo y consciente por desarrollar las potencialidades de personas y grupos que tienen diferencias culturales, sobre una base de respeto y creatividad, más allá de actitudes individuales y colectivas que mantienen el desprecio, el etnocentrismo, la explotación económica y la desigualdad social.
La interculturalidad no es tolerarse mutuamente, es la relación de puentes e instituciones que garanticen la diversidad, pero también la interrelación creativa. No es solo reconocer al "otro" sino, también entender que la relación enriquece a todo el conglomerado social, creando un espacio no solo de contacto sino la generación de una nueva realidad común. El reconocimiento de la identidad y la interculturalidad requiere de un diálogo con buena intención, que hay que impulsarlo con lo mejor que tienen las comunidades e individuos, con los aspectos más atractivos de sus culturas, favoreciendo la eliminación progresiva de prejuicios y resistencia mutuos.
La construcción identitaria de América Latina, se puede abordar desde la unión de identidades diversas, entre otras: la Aborigen, las Africanas y las procedentes de Europa, que dan como resultado la cosmovisión del Latino, que es consecuente a esta construcción histórico cultural, que se ve reflejada en la hibrides, fenómeno resultante de la colonización, convirtiéndolo en asimilador de fenómenos culturales exógenos, pero que al ser asimiladas en América se convierten en endógenos.
Estos fenómenos son reflejados a partir del modernismo artístico, en las obras de sus artistas vanguardistas, que unen la simbología europea y africana con la simbología precolombina, esto pone de presente en el discurso de la hibridación: el nomadismo, el mestizaje, la interculturalidad, la impureza, etc.
La globalización hoy alcanza uno de sus momentos más intensos, que se caracteriza por sociedades altamente transétnicas y transculturales, los centros culturales constituyen a su vez también un micromundo transétnico y transcultural que conlleva una circulación permanente de pensamiento, de tecnologías y de objetos culturales. Una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas. Pero los contactos entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se apuesta por la interculturalidad que supone una relación respetuosa entre culturas.
Toda cultura es básicamente pluricultural. Es decir, se ha ido formando, y se sigue formando, a partir de los contactos entre distintas comunidades que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los intercambios culturales no tendrán las mismas características y efectos, pero es a partir de estos contactos que se produce el mestizaje cultural y la hibridación cultural, todo esto se refleja en el “ser americano” y no excluye por ende a los Afrodescendientes.
La serie refleja el carácter pluricultural del ser Afrodescendiente, mezcla elementos simbólicos de la cultura africana y elementos simbólicos de la cultura occidental creando un retrato irónico en donde los elementos, al ser únicos y representativos de cada cultura están insertos en este nuevo SER, resultante de la diáspora, el mestizaje cultural y por ende Afroamericano, Afrocolombiano, Afrochocoano, Afrobogotano, Afrovalluno etc., etc.
Antonio Ferrer